PROFESOR
CARLOS S.A. SEGRETI

Nacido en Capital Federal en 1928, Carlos S. A. Segreti fue historiador y docente. Cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Buenos Aires y egresó en 1952 como Profesor de Historia del Instituto Nacional Superior del Profesorado Joaquín V. González. Se formó profesionalmente bajo el magisterio de Claudio Sánchez Albornoz, Julio César González y de representantes de la llamada Nueva Escuela Histórica como Diego Luis Molinari, Ricardo Levene y Andrés Allende.

Fue docente del Colegio Nacional de Buenos Aires y, ya radicado en la ciudad de Córdoba, fue Profesor Titular de las Cátedras de Historia Argentina I y II de la Universidad Nacional de Córdoba. Allí desarrolló una amplia labor formando al menos dos generaciones de historiadores. Fue Académico Correspondiente (1965), de Número (1970) y Vicepresidente Primero (1994-96, 1997-98) de la Academia Nacional de la Historia, así como también Director del Instituto de Estudios Americanistas Dr. Enrique Martínez Paz. Fue miembro fundador de la Asociación Argentina de Historia Económica y su presidente en 1984 y 1985.

En los años 70’, bajo el contexto político de la dictadura militar, fue separado de su cargo docente universitario, pero ello no aminoró su entusiasmo por la historia y continuó fomentando reuniones de estudio y trabajo entre sus colegas y el grupo de jóvenes historiadores que se formaban bajo su influjo y dirección. En 1978 impulsó la fundación del “Centro de Estudios Históricos” con el objetivo de alentar la investigación, publicación y difusión del conocimiento de la Historia. 

Ya durante la vigencia de la democracia fue reintegrado a su labor docente en la Universidad Nacional de Córdoba, donde continuó enseñando e investigando hasta su jubilación. En ella se desempeñó además como Vice Rector y Decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades entre 1984 y 1986 y fue reconocido como Profesor Consulto en 1994. Falleció el 5 de diciembre de 1998. 

La vida y labor de Carlos S. A. Segreti muestra una enorme vocación por enseñar, guiar y alentar a todos aquellos que se interesaban por el estudio de la Historia.

Destaca su rigurosa metodología de trabajo, su aguda mirada del pasado y el presente, su defensa de las instituciones republicanas y su prolífica producción en el campo de la investigación de la Historia Argentina e Historia de Córdoba, especialmente en problemáticas de historia política de la primera mitad del siglo XIX. 

Algunos de sus trabajos de mayor impacto fueron: La muerte de la Confederación argentina (1968),  Juan Bautista Bustos en el escenario nacional y provincial (1970), Moneda y política en la primera mitad del siglo XIX (1975), La aurora de la Independencia, 1810-1815 (1976), El país disuelto (1982), Temas de Historia colonial: comercio e injerencia extranjera (1987), El Unitarismo Argentino (1991), La máscara de la monarquía (1994), La Carta de la Hacienda de Figueroa, estudio histórico crítico (1996), El plan atribuido a Mariano Moreno, la polémica, el autor, el análisis crítico (1996), entre muchos otros. Recibió el Premio Provincias Unidas 1996, otorgado por la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales, por su libro Federalismo Rioplatense y Federalismo Argentino. Su último trabajo fue Bernardino Rivadavia: Hombre de Buenos Aires, ciudadano argentino (2000), obra póstuma ordenada y completada por Patricia Pasquali.

Desde 1999 el Centro de Estudios Históricos lleva su nombre en homenaje a su destacada y generosa labor.

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